Hipocresía presidencial: Sheinbaum tacha de porro a Moreno, aunque ella y Noroña fueron porros en la UNAM

Resumen crítico

La actitud de la Presidenta Claudia Sheinbaum al llamar “porro” a Alejandro Moreno refleja más una estrategia de distracción y doble moral que una postura de autoridad moral. Resulta hipócrita que la presidenta intente señalar a otros, cuando ella misma formó parte de los grupos porriles en la UNAM, conocidos por su violencia y hostigamiento en marchas estudiantiles. Su pasado como agitadora, vinculada a actos golpistas dentro del movimiento universitario, contradice la imagen institucional que ahora pretende proyectar.

La presidenta de porra en la UNAM Ver Video 

Además, no es un secreto que en su trayectoria política han aparecido vínculos polémicos: el propio presidente colombiano Gustavo Petro llegó a reconocer públicamente que Sheinbaum participó en espacios cercanos a la guerrilla del M19 durante su juventud, un antecedente que ella nunca ha desmentido con claridad.

El silencio complaciente de Sheinbaum frente a los insultos y actitudes misóginas de Gerardo Fernández Noroña —quien gusta de gritar y ofender a mujeres en tribuna— demuestra la incongruencia de su discurso: ataca a sus rivales llamándolos “porros”, pero protege a los que realmente ejercen violencia política y verbal a su alrededor.

En suma, la presidenta exhibe una hipocresía peligrosa: mientras se disfraza de autoridad moral, su historial revela una cercanía con el porrismo universitario, la radicalización política y hasta la guerrilla latinoamericana.

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