Muere el periodista Martín Arellano: víctima de la misma 4T que defendía

🇲🇽 En Mazatlán, el periodista Martín Arellano —conocido por ser un férreo defensor de Morena y de la llamada “Cuarta Transformación”— perdió la vida tras sufrir un infarto y permanecer horas sin recibir atención adecuada en el IMSS. Paradójicamente, el mismo sistema que él defendía día con día, atacando a opositores y llegando incluso a ofender cruelmente a las madres buscadoras, terminó siendo el escenario de su trágico final.

Según los reportes, Arellano pasó sus últimos momentos rogando por ayuda directamente a Zoé Robledo, director del IMSS, y a la presidenta Claudia Sheinbaum a través de la red X. Sin embargo, sus súplicas fueron ignoradas y la atención médica nunca llegó a tiempo.

La muerte del periodista expone crudamente la crisis de un sistema de salud colapsado por la corrupción, el desabasto y la negligencia. Aunque Arellano se dedicó a insultar a quienes señalaban esas fallas, al final de su vida él mismo se convirtió en víctima de la realidad que intentaba ocultar con su pluma servil.

¿Negligencia o ajuste de cuentas?

El hecho de que un periodista alineado al oficialismo haya sido dejado morir sin medicamentos ni atención oportuna abre la puerta a lecturas más oscuras. Algunos sugieren que sus últimos mensajes, transmitidos en tiempo real, pudieron incomodar a la propia Sheinbaum, a quien detractores llaman “la guerrillera”. No falta quien se pregunte si desde las altas esferas se permitió —o incluso se ordenó— que no se le brindara auxilio.

Lo cierto es que su muerte exhibe la contradicción de un régimen que presume humanismo pero que no garantiza lo más elemental: la salud de sus propios defensores. Y deja en el aire una amarga conclusión: en la 4T, ni siquiera la lealtad absoluta asegura la vida.